
Murcia, 18 de febrero de 2025. – A la hora de emprender, surge la duda en el momento de tomar una de las decisiones claves: iniciar un negocio propio desde cero o apostar por una franquicia. Ambas opciones presentan ventajas y desafíos, por lo que es fundamental analizar cuál se adapta mejor a los objetivos, recursos y nivel de experiencia del emprendedor.
Lanzadera de Franquicias, empresa especializada en expansión y desarrollo de franquicias, destaca que la elección depende de diversos factores como la inversión inicial, el grado de independencia deseado y el nivel de riesgo que el emprendedor está dispuesto a asumir.
Franquicia: un modelo probado con menos riesgo
Optar por una franquicia permite al emprendedor formar parte de un modelo de negocio consolidado, con procesos definidos y una marca ya posicionada en el mercado. Hay que destacar algunas de sus venajas:
- Menor riesgo: Al tratarse de un negocio probado, las probabilidades de éxito son más altas.
- Soporte y formación: La franquicia ofrece asesoramiento continuo en gestión, marketing y operaciones.
- Reconocimiento de marca: La confianza del consumidor ya está establecida, facilitando la captación de clientes.
Sin embargo, este modelo también presenta ciertas limitaciones. El franquiciado debe operar bajo las normas establecidas por la marca y pagar royalties o cánones de explotación, lo que reduce su margen de maniobra.
Negocio propio: autonomía total, pero con mayor incertidumbre
Por otro lado, emprender un negocio desde cero brinda total libertad para diseñar la estrategia, la oferta y la identidad de la empresa. Algunos de sus beneficios son:
- Independencia absoluta: No hay restricciones externas en la gestión del negocio.
- Control sobre los beneficios: No es necesario pagar royalties ni compartir ingresos con terceros.
- Flexibilidad e innovación: Se pueden realizar cambios en el modelo de negocio sin necesidad de aprobación externa.
No obstante, esta opción también implica un mayor riesgo. La falta de reconocimiento de marca, la necesidad de desarrollar procesos desde cero y la competencia en el mercado pueden hacer que la rentabilidad tarde más en llegar.
¿Cuál es la mejor opción?
Desde Lanzadera de Franquicias creemos que no hay una respuesta única. La franquicia es ideal para quienes buscan seguridad y apoyo en la gestión, mientras que el negocio propio puede ser más adecuado para emprendedores con una visión clara y dispuestos a asumir los riesgos del mercado.
Por ello, antes de tomar una decisión, es recomendable analizar en detalle cada alternativa y contar con asesoramiento profesional.
Para más información sobre franquicias y oportunidades de negocio, visita https://lanzaderadefranquicias.es.